XXXII semana del Tiempo Ordinario – Jueves
El Reino de los cielos está ya aquí
Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: «El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: «Está aquí» o «Está allí». Porque el Reino de Dios está entre ustedes». Jesús dijo después a sus discípulos: «Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: «Está aquí» o «Está allí», pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación. Lc 17,20-25
“El reino de los cielos no viene en modo ostensible… porque el Reino de Dios está entre ustedes”. Ha nacido silenciosamente en Belén, como un granito de mostaza, el cual una vez sembrado, crecerá hasta ser un árbol grande. Así los describe Jesús en una parábola. Cuando los fariseos preguntan a Jesús: “¿Cuándo llegará el Reino de Dios?”, aquel granito de mostaza es ya un árbol robusto, y da su sombra a los primeros discípulos que lo siguen por toda la Galilea. Pero crecerá más todavía y extenderá sus ramas hasta a todo el mundo y por todos los siglos. Para que esto pueda suceder Jesús deberá morir en la cruz, como el grano en otra parábola muere debajo de la tierra. Es así como nace la Iglesia, una floresta que desde hace dos mil años da su sombra y descanso a tantos pobres en e mundo. Esta es la dinámica del Reino: cada persona que nace a la fe es como un grano de mostaza plantado en la sociedad, que crecerá, se convertirá en un árbol y dará su sombra, como aquel ramito que hemos traído de Medjugorje y lo hemos plantado en la terraza, ahora es un bol que florece en el verano y los pájaros van a refugiarse en él bajo sus ramas. Nuestras comidas los domingos, que son siempre más los que vienen por el aumento de niños y amigos que vienen a visitarnos, son una manifestación del Reino que crece. Comenzaron con los abuelos, que en paz descansen. Me parece oír todavía a la abuela Rita que recitaba sus poesías, “la mirada florida de ojos de niños”. Toda manifestación de fe es un aspecto del Reino que crece. Toda oración de intercesión o de acción de gracias antes de la comida, hace crecer el Reino silenciosamente. “El Reino de Dios no viene ostensiblemente… porque el Reino de Dios está entre ustedes”, nos anuncia el texto del evangelio de hoy.