18 de Octubre – San Lucas el Evangelista
Vida de missión
Demas me ha abandonado… Crescente emprendió viaje a Galacia, y Tito, a Dalmacia. Solamente Lucas se ha quedado conmigo. Trae contigo a Marcos…. A Tíquico lo envié a Éfeso….. Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño…. Cuando hice mi primera defensa, nadie me acompañó, sino que todos me abandonaron…. Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. 2Tm 4,10-17
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: «¡Que descienda la paz sobre esta casa!». Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.Lc 10,3-7
La vida del misionero es rica de oración y de relaciones humanas. En las lecturas de hoy resaltan más el segundo aspecto, pero en el contexto se advierte que son momentos trascurridos en la oración los que guían sus pasos, sus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones del que gasta su vida para la difusión del evangelio. El texto de hoy establece algunas normas que constituyen el decálogo de la misión. Define el modo de ir vestidos: “No lleven dinero ni alforja, ni calzado” y exhorta a no moverse mucho: <“No se detengan a saludar a nadie en el camino”. Habla de la hospitalidad y del alimento el cual hay que aceptar con gusto y enseña el modo de saludar al entrar en una casa:”que descienda la paz en esta casa”. Recomienda la gratitud por la comida que reciben: “comiendo y bebiendo de lo que haya”, finalmente habla de las relaciones profundas que deben tener con las personas: “No vayan de casa en casa”. En cambio en la Carta a Timoteo nos muestra como el viaje misionero debe tener como elemento esencial la Misión: «Demas me ha desamparado fue ascendente a Galacia, y Tito a Dalmacia. Sólo Lucas está conmigo. Obtener con Mark y ofrecerte … Tíquico lo envié a Efeso, » y muestra cómo las persecuciones están siempre presentes: Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño”. Reflexionando sobre las lecturas de hoy, vemos cómo nuestro vivir y viajar estén planificados por el Señor para realizar su proyecto. La carta de Pablo muestra, finalmente, cómo el misionero es verdaderamente fuerte y al mismo tiempo humanamente débil: «todos me abandonaron…. Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio». El Espíritu Santo es el que dirige la misión.