ESFS113

XXI semana del Tiempo Ordinario – Domingo

Las opciones fundamentales de la vida

Después de oírlo, muchos de sus discípulos decían: «¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?». Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: «¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes?  El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida.  Pero hay entre ustedes algunos que no creen». En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.  Y agregó: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede».  Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo.  Jesús preguntó entonces a los Doce: «¿También ustedes quieren irse?».  Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna.  Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios».  Jn 6,60-69

El domingo pasado comimos con Marina y Mauricio, dos amigos de Turín. Durante la comida hablamos de las opciones fundamentales de la vida y de cómo éstas no pueden ser muchas, porque el hombre necesita mantener un cierto grado de libertad con el fin de adherir a las propuestas siempre nuevas que el Señor y el vivir cotidiano nos pone delante.  A un cierto punto, para simplificar todo, yo afirmé que mis opciones fundamentales fueron dos: Jesucristo en el ámbito celestial y Ana María en el terrenal. Hubiera podido también añadir la profesión de ingeniero, como fue realmente. Una vida que tiene sus bases sobre esto es muy estable y segura, como resulta ser la mía en el transcurso de los años. Gracias a Dios, Jesucristo como Señor y Ana María como esposa no han entrado en conflicto entre ellas nunca, ya que ella ha hecho mis mismas opciones, como ha sucedido a más de un amigo. Qué podemos hacer cuando la cónyuge no comparte la fe en el Señor? Lo único que podemos hacer es hacer oración, esperar y cultivar en nosotros el amor por el otro. En cierto modo, aunque el amor por el Señor y por el cónyuge son exclusivos, el problema hay que resolverlo, porque no son inconciliables: pertenecen a dos esferas diferentes. Los dos son celosos, como una buena esposa, “el Señor … es un Dios celoso” (Jos. 24,19), no admite trasgresiones” (Jos, 24,19). 

Quien opta verdaderamente por el Señor, con el pasar del tiempo, abandona las opciones de la carne, que son contrarias a las del espíritu. » Se sabe muy bien cuáles son las obras de la carne: fornicación, impureza y libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. Les vuelvo a repetir que los que hacen estas cosas no poseerán el Reino de Dios. Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia»(Gá 5,19-23). Igualmente quien opta por el matrimonio y lo vive en plenitud, excluye de su existencia otras mujeres: con la ayuda de Dios es natural que suceda, porque el amor matrimonial es por su misma naturaleza exclusivo. Diariamente, viendo en una sociedad que admite el divorcio, por cada matrimonio por cada matrimonio que se deshace hay dos personas que pueden poner problemas a la vida conyugal de los demás. ¿Qué podemos hacer?… La única solución es una clara y definitiva opción por el Señor. Así la opción por el Señor y por la esposa no solamente no se excluyen, sino que cooperan por una fidelidad global, que comprenda que comprenda la esfera espiritual y la familiar: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”.

La opción por la profesión, en cambio, por más que sea importante, no es fundamental como la del Señor y la del cónyuge, hay que permanecer fieles a ella, porque nos consiente dar un servicio mejor y más calificado a la sociedad en la cual vivimos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *