XIX semana del Tiempo Ordinario – Martes
Autoridad y servicio
En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: «¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?». Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial. Mt 18,1-5.10
El texto del evangelio de hoy nos parece algo difícil y contrario a los criterios vigentes en la sociedad. En cada momento que vivimos existen responsabilidades, autoridad y jerarquías. Existen, en otras palabras los jefes, los que tienen que tomar decisiones y ser guías para otras personas, como lo fue Jesús para sus discípulos y como lo es el pastor para las ovejas. Hoy el Señor no condena la jerarquía ni la autoridad, cuando son legítimas y necesarias, pero nos enseña a ejercitarlas en modo real. Los que son padres de familia deben ser grandes para poder dirigir a los propios colaboradores. Si uno es padre de familia debe ser grande para poder ser guía de los familiares; si uno es responsable de una hacienda, debe ejercer su autoridad, debe ser grande para dirigir a sus propios colaboradores. El Señor nos enseña que el ejercicio de la autoridad y de la responsabilidad debe pasar a es de la capacidad de convertirse en niños, lo cual es fácil y difícil al mismo tiempo. Es tan fácil que a veces resulta difícil, porque cuando las soluciones son muy fáciles, el hombre las complica y las hace difíciles. El secreto para ejercer la autoridad y responsabilidad en grande, consiste en el hacerse pequeños, a través del servicio. En el mundo cuando los tiempos y las situaciones eran difíciles, los pequeños se protegen bajo los grandes? Por eso, si tu rol es grande, hazlo pequeño para proteger a los pequeños y considera su protección como un servicio. Este secreto nos lleva a ejercitar la autoridad no a través el rol, sino a través de la autoridad que se recibe con el servicio. Es difícil? Quiere decir que debemos hacer oración para pedir al Señor que nos haga ser pequeños.