ESFL187

X semana del Tiempo Ordinario – Sábado

Hablar en imágenes

Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: “No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor”. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios,  ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.Mt 5,33-37

Un día, un economista me explicó la devaluación de la moneda de la siguiente manera: “Mira – me dijo – si echo agua hasta la mitad en un vaso de buen vino, me sale una mayor cantidad de vino, pero de baja calidad. Más agua pongo y más pierde el valor “. Lo mismo sucede con  nuestras palabras: más cantidad de palabras usamos y más pierden su fuerza y significado. Y si para fortalecerlas, introducimos en nuestros discursos juramentos  llamando en causa a Dios, reducimos a cero el entero valor de nuestras palabras. Así cancelamos nuestra credibilidad como personas,credibilidad que pasa a través del valor de nuestras palabras. Si queremos ser más creíbles,tenemos que aprender  a expresarnos con menos palabras posibles. Uno de los secretos para hacer esto, es exponer los pensamientos partiendo de las imágenes, que cuando una persona las entiende y las incorpora, tienen el poder de hacer que su contenido se vierta en nuestras inteligencias en forma más rápida y con una comprensión más duradera. Ésta ha sido la forma de comunicación que Jesús usó cuando explicó los misterios del Reino a través de las parábolas.  Un discurso completo, aunque bien articulado o se entiende de inmediato o se pierde del todo su sentido; una imagen  nos la llevamos dentro de nosotros todo el tiempo necesario para que libre en nuestro interior  todos los significados que contiene. “ Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no “,” quiere decir justamente expresar los propios pensamientos en el menor número de palabras y, cuando sea posible, permitiendo al interlocutor de llevarse  una imagen, que, terminado el discurso, seguirá comunicando sus significados dentro de él. Cuando alguien habla de la devaluación de la moneda, veo aún hoy  aquella mitad de  vaso de vino que viene aguado.

Es el poder de las imágenes, que hoy se utiliza también en la informática, y es el modo preferido de hablar de los niños: “nana, papa, caca”.

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