IX semana del Tiempo Ordinario – Miércoles
La resurrección de los muertos
Se le acercaron unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, y le propusieron este caos: «Maestro, Moisés nos ha ordenado lo siguiente: «Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda». Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda y también murió sin tener hijos; lo mismo ocurrió con el tercero; y así ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos ellos, murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?». Jesús les dijo: «¿No será que ustedes están equivocados por no comprender las Escrituras ni el poder de Dios? Cuando resuciten los muertos, ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que serán como ángeles en el cielo…. ». Mc 12,18-25
La fe en la Resurrección nace, en el Nuevo Testamento,con la predicación y con la experiencia de Jesús resucitado, y se extiende a todos los hombres. Es el centro de la revelación cristiana, sin la cual, escribió Pablo a los Corintios, “Y si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes” (1Co 15,14). Antes de Jesús, en el mundo grecorromano, se sostenía el concepto de la inmortalidad del alma y por lo tanto la resurrección no tenía sentido: no puede morir lo que es inmortal. En la civilización judía del Antiguo Testamento, al principio el judio se veía como mortal y veía en la muerte el fin de todo. Sucesivamente,y muy lentamente, comenzó a aparecer el concepto de la resurrección: se habla de ella en el segundo libro de los Macabeos, en ocasión de la muerte de los siete hermanos (2Mac. 7), y en los libros de Isaías (Is 26,19) y de Daniel (Dn 12,2).Sin embargo para los saduceos, que eran conservadores y que del Antiguo Testamento aceptaban esencialmente los primeros cinco libros (el así llamado Pentateuco)la fe en la resurrección era considerada una creencia ridícula. Eran, casi todos, propietarios de tierras y para ellos el problema de la muerte se presentaba sólo para asegurar el legado de la tierra a sus familias. Por este motivo, en el Evangelio de hoy, se presentan a Jesús, que había ya comenzado a hablar de la resurrección de los muertos, e irónicamente le plantean el caso hipotético de una mujer que tuvo siete maridos y le preguntan: “Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?”. Jesús, después de encararles la falta de conocimiento de las Escrituras que ellos tienen, les contestó: “Cuando resuciten los muertos, ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que serán como ángeles en el cielo”De hecho en la eternidad no se planteará el problema de la propiedad y posesión de las mujeres, como vigía en la civilización judía en la época de Jesús. Más aún, como para los que creen en el evangelio la vida de resucitados empieza ya en este mundo, en esta respuesta se encuentra ya englobado,en filigrana, el principio de la revalorización de la mujer.