ESFL171

VIII semana del Tiempo Ordinario – Martes

La nueva economia del Evangelio

Pedro le dijo: «Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús respondió: «Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros». Mc 10,28-31

Jesús está en camino hacia Jerusalén, la ciudad donde terminará su misión en la tierra. Él desde siempre lo ha sabido, pero no hará nada para evitar los eventos que le esperan, porque ha aceptado totalmente el plan que el Padre le ha preparado en la historia de la salvación. A medida que su misión se va completando, sus opciones de vida y sus palabras son cada vez más radicales y esenciales, tanto en relación a sus opositores como en relación a sus discípulos. En este sentido se debe leer la respuesta que hoy Jesús da a Pedro,y que es de lo más radical que se pueda imaginar. Pero qué significa dejar la casa,los hermanos,las hermanas,la madre,el padre,los hijos y los campos por el Señor y el evangelio? La respuesta nos la da San Pablo: “queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; …. los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera.” (1Co 7,29-31). Esto no significa desprecio por la familia y las relaciones de la tierra, sino el sublimarlos, para evitar que las preocupaciones del mundo nos priven del Señor, haciéndonos olvidar su propuesta de vida y la meta a la que nos dirigimos. Con todo, cuando estas opciones se realizan en comunión con la esposa,con los hijos y con los amigos, se establecen relaciones nuevas y purificadas, elevadas al nivel del reino de los cielos. Esto es lo que pasó entre nosotros, después de tantos años de oración en común, y en particular lo que está pasando entre mi esposa y yo con el pasar del tiempo. Ahora nuestra unión es mucho más madura de cuando éramos jóvenes, y sentimos cada día la necesidad de empezar juntos nuestras jornadas yendo a recibir la Eucaristía en el Santuario de Saronno, o en la iglesia de Castiglioncello (durante las vacaciones). Cuando sucede así, ya no se trata de tener que dejar personas y afectos, sino de reconstruirlos en Dios para un nuevo plan de vida en el seguimiento del Señor. Esta es la dirección hacia la que,con el pasar del tiempo, los esposos cristianos se deben orientar, para que la relación entre ellos, con sus seres queridos y con el prójimo sea siempre más estable, y bendecida por el Señor.

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