ESFL107

V Semana de Pascua – Martes

La vida en la paz

Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman! Me han oído decir: «Me voy y volveré a ustedes». Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al  Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado. Levántense, salgamos de aquí». Jn 14,27-31

En los versículos anteriores Jesús ha prometido que después de su de salida, les enviaría el Espíritu Santo a los discípulos y, en Evangelio de hoy, explica las razones de que esto va a suceder. I discípulos no entienden, pero no le importa, porque sabe que el Espíritu Santo le explicará todos después de su muerte y resurrección. Es en paz con el Padre, porque es para completar el plan de vida que se le había confiado, en paz con los discípulos, porque ve la iglesia en su futuro, está en paz con la mundo, tan íntimamente ya ha decidido ofrecer a sus la vida por su salvación está en paz consigo mismo, porque la realización el plan de salvación que ganó todo. Es esta paz interior de alguien que ha cumplido su misión, que Jesús les dijo a los apóstoles: «Les dejo la paz, les doy mi paz». Incluso para nosotros al final de la vida, independientemente del proyecto que no se le había confiado, será indispensable contar con esta paz, que permitirá a nuestros seres queridos para reunir pruebas de la obra que hacer y nos dejan en paz. Incluso en la muerte, cuando nuestra misión ha terminado, será una fuente de alegría para todos: «Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre” En este espíritu, aunque los últimos años de la vida toman un sabor diferente, «¡Qué dulce en la puesta de sol de esta tarde que es el oscurecimiento, «dice Giovanni Pascoli. En un momento dado, incluso si nuestro plan de vida es infinitamente menos importante que la de Jesús, las obras y palabras y que termina debe comenzar con un equipaje esenciales. Es maravilloso el ciclo de vida, en los que el misterio que nos rodea encontrar una manera, y en ella nos encontramos. Una vez más, sin embargo, tenemos algo que hacer y alguien nos espera: «Levántense, salgamos de aquí». Y la vida continúa por mucho o brevemente, como quiere el Señor.

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