III semana de Pascua – Viernes
Teología escapó Feuerbach
Los judíos discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?». Jesús les respondió: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él…. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente».Jn 6,52-58
Cuando el filósofo Ludwig Feuerbach, inspirada en la teoría Alimentación Moleschott Jacob, escribió que «el hombre es lo que comer, «no pensar en el misterio más grande la teología del cristianismo, sino para contribuir a la propagación y la naturaleza determinista de que la visión de la vida, a continuación, tomadas por Karl Marx. De acuerdo con esta teoría extraña, porque las sustancias ingeridos son absorbidos por la sangre que, a su vez, va a suministrar el cerebro y el corazón, la comida es el resultado de la pensaba que los sentimientos del hombre que piensa. Feuerbach concluye: «Si la gente quiere un mundo mejor, en vez de despotricar contra el pecado, darles una mejor alimentación». Sin tregua contra la sentido no sería benéfica para la memoria Feuerbach pobres, que no creer en la existencia de Dios, ha pasado la vida hablando de ello. Ya ha pensado en la la historia. Estamos interesados en una interpretación completamente diferente: que su si bien nos referimos a las palabras del pasaje de hoy: «Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él». Hoy en día, el Señor habla de la Eucaristía, el don de su cuerpo y su sangre que cada día que recibimos el primer set celebrada en el santuario de Saronno, herederos, por supuesto, en silencio su abuelo Mario nos dejó con su ejemplo. Con frecuencia participan en este sacramento, Jesucristo más que habita en nosotros, y nosotros en él. Se toma una mutua vivienda que es ya en parte meditar sobre el Evangelio todos los mañana, pero es importante que cada uno de nosotros completa este proceso de ósmosis con el Señor mediante la participación en la Eucaristía. Él da la Santa Misa con su palabra, con su cuerpo y la sangre a través de las Sagradas Escrituras y en las especies del pan y del vino. Por desgracia, el pueblo de Dios se permite rara vez se beben su sangre, como cada vez que el sacerdote hace celebrante. Sería bueno que la iglesia, más allá de las razones prácticas Para evitar esto, la donación puede ofrecer completa de Jesucristo a todos los creyentes, porque todos necesitamos también a participar en la Eucaristía bajo las especies del vino. Un día, en el banquete celestial, estos problemas no se producen.