Semana Santa – Martes
La noche de la historia
Después de decir esto, Jesús se estremeció y manifestó claramente: «Les aseguro que uno de ustedes me entregará:Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería. Uno de ellos –el discípulo al que Jesús amaba– estaba reclinado muy cerca de Jesús. Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: «Pregúntale a quién se refiere». El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: «Señor, ¿quién es?». Jesús le respondió: «Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato». Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: « Realiza pronto lo que tienes que hacer»….Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche. Después que Judas salió, Jesús dijo: «Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Jn 13,21-31
Este pasaje del Evangelio nos hace vivir la dinámica de la condena que está a punto de caer sobre Jesús. El poder religioso del sinedrio y el político de Roma ya habían acordado de matarlo: primero, porque Jesús se proclamaba el Mesías, y el segundo porque creían que era un agitador social. Después, Judas lo traicionó, pero ya se había hecho las movidas para eliminarlo cuidadosamente. En una dimensión humana su condena habían sido preparada desde hacía ya largo tiempo, pero Jesús de Nazaret murió en la cruz por una estrategia del cielo, no de los hombres. Él tuvo que morir para liberar y redimir a la humanidad del pecado, y para que esto pudiera suceder, su muerte fue el resultado de su oferta gratuita, no por voluntad del hombre: «El llevó sobre la cruz nuestros pecados, cargándolos sobre su cuerpo». (1P. 2,24). Jesús siempre ha sido consciente del sacrificio que le esperaba, pero fue en la Última Cena cuando oficialmente aceptó el papel de Salvador del mundo, sin condiciones previas: «Y mojando un bocado, se lo dio a Judas,… En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él”. Jesús le dijo entonces: « Lo que tienes que hacer, hazlo pronto”.
Satanás también espera ese «sí» para su victoria final de corta duración. Después de esto, Judas salió. “Ya era noche”. Era el comienzo la noche del mundo y de la historia, pero en la noche fue cuando Jesús de Nazaret «fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades» (Is 53,5) y nosotros, como fue profetizado por Isaías, «fuimos nosotros curados.» En esta semana de Pasión, si nosotros lo acompañamos a Jesús espiritualmente hacia el Calvario, en la oración, experimentaremos de una manera especial los efectos de aquella curación y resucitaremos en el día de Pascua, a una nueva vida. Es el momento de la gracia. Preparémonos para vivirla en profundidad.