III semana de Cuaresma – Martes.
El perdón
… Entonces Pedro le dijo: Señor, si mi hermano peca contra mí cometidos, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? Hasta siete veces? «. Y Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino setenta veces siete … el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Ella comenzó a … cuando un hombre que le debía diez mil talentos … le rogaba: «Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo» … Sólo por el siervo encontró a uno de sus compañeros, que le debía cien denarios … … lo tomó por el cuello diciendo: «Dar de nuevo lo que me debes» … Entonces su señor lo llamó y le dijo: «Siervo malvado, me han cancelado todas las deudas que … no debería tener también tener misericordia de tu compañero …?».» Mt 18,21-33
El curso de estudios de ingeniería comprende unas treinta materias, con otros tantos exámenes que hay que llevar a cabo. Al final se discute una tesis ante una comisión examinadora, superada la cual, viene entregada una laurea en la que consta que el señor fulano ya es ingeniero. Entre los exámenes que hay que sostener hay uno que es el de Ciencia de las construcciones. Este es como la línea de separación entre el estudiante de ingeniería y el ingeniero ya aprobado. Es la misma experiencia que han tenido los discípulos de Jesús y todos aquellos que comienzan el camino de la conversión. La tesis final es como la que sostuvo San Pedro cuando el Señor le preguntó tres veces: “¿Me amas?” Pero la línea de separación o de conversión será el “Perdón”, no el “Amor”. El perdón es liberador para el que perdona y para el que es perdonado. El perdón es el penúltimo escalón para llegar al amor. : el primero es la búsqueda de la justicia social y de la solidariedad; el segundo es la compasión, la disponibilidad para participar en los momento alegres y tristes del prójimo; el tercero es el perdón. El último es la opción de dar la vida por el Señor y por los hermanos. “Pero ¿por qué debemos perdonar? ¿Es justo perdonar?” yo me he preguntado, cuando el perdón me era difícil de practicar. A estas preguntas, en el curso de los años, encontré tres respuestas. La primera es que el perdón es un acto de justicia, porque todos, ahora o después, necesitamos de ser perdonados.; la segunda es que tenemos necesidad de desatar los nudos del corazón y de la mente para ser personas libres, pero la respuesta mejor es que Jesús, desde la cruz, nos ha perdonado a todos. Un día el padre Miguel Vasallo, un simpático sacerdote napolitano, durante la Misa, dijo en su homilía sobre el perdón: “Escuchen – nos dijo – tomemos a Jesús literalmente, y comencemos a perdonar setenta veces siete”, Después añadió: “70 por 7 son 490 veces. Después que hayamos perdonado 490 veces estamos autorizados a no perdonar más, Pero les aseguro, que después de haber perdonado 490 veces, el perdón será una práctica normal en nuestra vida. ¡Hagamos la prueba!”.