ESFL142

III semana de Tiempo Ordinario – Sábado

El valor personal y social de la fe

Al atardecer de ese mismo día, les dijo: «Crucemos a la otra orilla».Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?». Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio! ¡Cállate!». El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: «¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?». Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen».Mc 4,35-41


El pasaje del evangelio de hoy es una parábola siempre actual. Vienen puestos a la prueba los discípulos para ver si realmente han entendido el mensaje de Jesús El resultado de la prueba es negativo, no han entendido nada porque el resultado de la comprensión del evangelio debe ser la fe,que ellos aún no tienen. Jesús, entonces, un poco decepcionado y un poco irónico les pregunta:    «¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?». La enseñanza del Evangelio de hoy, entonces, es la siguiente:  se puede pertenecer a la Iglesia,  o sea estar en su barca, pero no entender el mensaje del evangelio y, en consecuencia, no tener fe. El resultado es que las dificultades y las tormentas del mundo nos zarandean por todos los lados. He aquí,entonces, que la ventaja práctica de quien medita todos los días la palabra de Dios es la fe, que exorciza los poderes del mal, que hacen todo lo posible para crearnos miles dificultades. El evangelio de hoy,entonces, además de mostrarnos los beneficios personales de la fe, nos muestra también los beneficios sociales. En efecto,en el lago hay muchas otras barcas, que no tienen a bordo Jesús, pero que también ellas disfrutan de la bonanza que se crea  después de que el Señor le dijo al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!»  O sea:la fe del que cree en el mensaje del evangelio,logra hasta exorcizar los eventos negativos de la sociedad en que vivimos.

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