ESFS062

XXXIII semana del Tiempo Ordinario – Domingo

La parábola de los talentos

El reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores  …. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió.  …. Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. «Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado». «Está bien, servidor bueno y fiel, ….  Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: «Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado». «Está bien, servidor bueno y fiel,  ….  Llegó luego el que había recibido un solo talento. «Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!». Pero el señor le respondió: «Servidor malo y perezoso …. tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Mt 25,14-29

“Piense – nos dijo un día monseñor Guzzetti – qué injusto sería el mundo si, al final, non fuéramos juzgados según el principio de la parábola de los talentos” Es un texto del evangelio que ns ha hecho reflexionar toda la vida y, por muchos años, es objeto también de nuestra meditación.  Si embargo, hay un versículo de la parábola que por mucho tiempo nos había parecido impenetrable: “Quítenle a éste el talento, y denlo a quien tiene diez talentos”. El versículo siguiente, que lo debría de explicar, es todavía más hermético: “¿Por qué al que tiene se le dará y será en la abundancia; pero el que no tiene, se le quitará aún lo que tiene”. “Muy bien, ¿qué quiere decir esto?”  Por qué el dueño no ha dado el talento del siervo perezoso a aquel que había recibido sólo dos para remediar parcialmente a la injusticia inicial? Ayer en la tarde, después de haber meditado en este versículo, me dormí. Durante la noche me desperté y me puse a orar para entender: El Espíritu Santo me ayudó y todo se hizo claro: “Los talento que recibimos – me dijo –no son un don personal, deben ser  traficados par realizar el proyecto que se te ha dado. El que recibe más talentos, es porque tiene más trabajo que hacer. No hay ninguna injusticia inicial que reparar. Aquel talento inactivo es dado a quien tenía ya diez porque é, aunque si tiene un trabajo más empeñativo, ha demostrado saberlos traficar. El dueño ha confiado en él”. ¡Es muy claro! Quien piensa que hay sido injusto es porque quisiera usarlos para sus proyectos personales. Sería como si Lisaberta juzgara injusto que uno se dirija a uno a Juan Lorenzo, y no a ella, ir al depósito de las herramientas y traer la pesada caja de las herramientas.

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