VI semana de Tiempo Ordinario – Jueves
Confesión de Pedro
Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?. Ellos le respondieron: «Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas». «Y ustedes, ¿Tú eres el Mesías». Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días Mc 8,27-31
Jesús, como normalmente lo encontramos en el evangelio, es uno que va directamente a su misión sin preocuparse por lo que la gente piensa de Él. En el pasaje de hoy, de repente, parece contradecirse a sí mismo y hace a sus discípulos dos preguntas: «¿Quién dice la gente que soy yo?» Y “ustedes,¿». Es claro que la respuesta a la primera pregunta no le interesa mucho:sirve sólo como puente para introducir la segunda, que empieza con un «pero». Ese «pero» nos dice que Jesús espera de sus discípulos una respuesta diferente, aunque no la de Pedro que, iluminado por el Espíritu Santo, sorprende hasta a Jesús. Es la respuesta sorprendente que un día nos dio un panadero
cuando dábamos los cursos de preparación para el matrimonio a los novios del decanato de Saronno. Las reuniones se tenían por la noche, después de cenar, y una joven del curso venía siempre sola, porque su novio trabajaba como panadero y, en ese momento, estaba ocupado en la panificación del día siguiente. El último día, le pedimos que viniera con su novio para conocerlo,por lo menos, antes de firmar su certificado de presencia. Y lo hizo. Al final, antes de la firma, le hicimos a ese joven una pregunta: «Dime, ¿quién es Jesús para tí?».
Nos miró y dijo: «El Hijo de Dios.» Firmamos inmediatamente el certificado. A cada uno de nosotros el evangelio de hoy presenta también la misma pregunta: «¿Quién es para ti Jesús de Nazaret?». Y la respuesta que tenemos que dar es personal. Hace muchos años, nuestra María Letizia,cuando todavía era niña, a esta pregunta respondió: «Cuando pienso en Jesús, yo siento como si tuviera tres padres.” Todos, incluyendo los ateos, tienen un alto concepto de Jesús, y muchos reconocen en Él como un modelo de los propios ideales: sociólogos, filósofos, historiadores, operadores sociales. Hoy tratemos de olvidar todo de Él, hasta incluso el concepto que de Él tiene la iglesia, y preguntémosnos personalmente sólo una cosa: «¿Quién es Jesús de Nazaret para mí?». Y veamos si,honestamente, podemos responder como Pedro y como aquel panadero: «Es Cristo, el Hijo de Dios, el esperado desde siempre, el que supo responder a las preguntas más importantes de nuestra vida, el que ha dado un significado absoluto a estos años que hemos vivido juntos, y que es la única esperanza para nuestro futuro.”