ESFS009

6 de enero – Epifanía del Señor

Epifanía del señor

… unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén  y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo». ….«En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito por el Profeta:  ….Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.  Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría,  y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.Mt 2,1-12

“Epifanía” es una palabra griega que significa manifestación, revelación. En efecto, esta fiesta celebra la más  grande  revelación, después de aquella de  Jesús  el Hijo de Dios y Salvador del mundo. Eso es también para todos nosotros. Se dejó  contemplar por  los  pobres pastores que fueron a la gruta de Belén, y quiso ser adorado por  ricos  y sabios como los  Magos; se manifestó a los hebreos  que lo  habían  esperado desde la llamada de Abraham, y de  los paganos  que  no habían  tenido ninguna noticia de Él;  y comenzará a manifestarse como  Dios a los esclavos  y a los patrones, a los  blancos y los  negros. Aunque  esta gran verdad  haya sido  misteriosamente revelada  por aquella estrella que guió a los Reyes Magos hasta  la choza  de Belén, al inicio  de la iglesia,  el Espíritu Santo la manifestó a Pedro, Pablo y a los otros apóstoles. Cristo Jesús es Dios de los  hebreos, árabes, indios, chinos y de las tribus africanas,  aunque la mayor parte  de ellos aún no lo  sabe ni lo cree: ¡Pero la iglesia ha sido instituida  propiamente  para anunciar por doquier esta asombrosa verdad! Los encuentros ecuménicos son una excelente oportunidad para proclamar el evangelio a otras religiones; no basta la búsqueda  de las  verdades comunes como la  base para entenderse,  como si se buscara una super-religión aceptable para todos,  como algunos han tratado de hacer.  La  única cosa  que debemos tener  clara y  que los hebreos,  los  Árabes, indios y chinos, deben proclamar es “la buena noticia”  de que Jesucristo murió y resucitó también para  ellos, como lo hizo  Pablo en el Areópago de Atenas.  No importa que lo hayan creído sólo unos pocos,  mejor pocos convencidos  que muchos dudosos. Si los  Magos, cuando llegaron a Belén,  hubíesen encontrado a los pastores, habrían salido de la gruta alabando Dios con ellos,  porque cuando se  encuentra al  Señor  no tiene sentido la proveniencia, el presente o el pasado: somos hermanos en Cristo y esto nos basta.  Es significativo  el hecho, de que para llegar a Belén, los Magos hayan recibido  informaciones necesarias en  Jerusalén.  No importa si aquellos que los han informado, en  Belén – no hayan  sido creyentes. Ser informados no quiere decir creer, pero las informaciones se daban en Jerusalén. Desde  entonces, la nueva Jerusalén es la iglesia,  que  custodia las noticias necesarias para llegar a Jesucristo,  porque El vive allí.    

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