La Sagrada Familia: Jesús, María Y José
Escucha y libertad
El Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo»…..Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, Mt 2,13-15.19-23
Creo que para un ingeniero, el trabajo más fascinante es el del “Project manager”. Se te encomienda la realización del proyecto, el presupuesto de gastos y el tiempo para realizarlo. Desde ese momento el proyecto es tuyo: tienes autoridad para tomar las decisiones necesarias; pero al final tienes que dar cuenta de su realización al que te lo encomendó. Es lo que sucede en cada persona que viene a este mundo: tiene un proyecto que realizar, un tiempo a su disposición, los talentos que se deben usar, y las decisiones que hay que tomar. El proyecto existe desde el nacimiento, pero el Señor te lo manifiesta en el trascurso de tu vida, cuando la persona siente la responsabilidad de llevarlo a cabo. Para conocerlo se requiere la comunión con el Señor. He aquí el motivo de la oración, mientras el proyecto te es comunicado. A San José, en la historia de la salvación, le fue confiado un trabajo único y fundamental, tanto es así, que las decisiones le vienen comunicadas por un ángel, mensajero de Dios. “José, hijo de David, no temas en recibir a María como tu esposa. Porque el niño que nacerá de ella, es por obra del Espíritu Santo” (Mt- 1-20). “Levántate, toma al niño y a su madre y regrésate a la tierra de Israel”. José siempre obedeció al mandato del Señor, sin renunciar por eso a la libre iniciativa para solucionar los problemas, como nos muestra hoy el evangelio: “Cuando supo que en Judea reinaba Arquelao en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir a Jerusalén”. El que vive en comunión con el Señor en la oración, vive un maravilloso equilibrio entre la iluminación y la libertad, pero la decisión final está siempre en el hombre. El modo como se comunica Dios en la oración es variado: puede ser una persona, una intuición improvisa, un versículo del evangelio o un ángel. Puede ser también una puerta que, sin motivo aparente se cierra, y otra que se abre en la vida cotidiana. Nosotros debemos solamente vivir en la oración y en la escucha.