XXXI semana del Tiempo Ordinario – Sábado
El dinero y el sexo
Pero yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho …. Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No puede servir a Dios y al Dinero». Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. El les dijo: «Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.Lc 16,9-15
Abrimos el periódico y encontramos que los políticos, administradores y gobernantes son acusados de cosas referentes al sexo, a la droga, a la corrupción, a los favoritismos de todo tipo. No son ellos los únicos afectados por estas enfermedades sociales, pero, teniendo el poder, les resultan a ellos estas trasgresiones más practicables. Y son más fáciles de descubrir porque la batalla política no se lleva a cabo con los principios, las ideas o con los programas, sino con la derrota del adversario. ¿Por qué tales personajes tienen un rol preeminente en la sociedad? Porque, cuando las personas tienen ciertas posiciones, ls trasgresiones latentes se exaltan y aparecen en toda su maldad. ¿Por qué son elegidos? Existe entre los electores y los gobernantes una peligrosa unión, referente a la cual el filósofo Plantón desde hace más de dos mil años nos pone en guardia: “Cuando un pueblo, devorado por la sed de libertad, se encuentra con jefes que son coperos, les dan vino hasta emborracharlo y sucede luego que, si los gobernantes se resisten a las peticiones de sus súbditos, son declarados tiranos” (Platón, La Republica, Libro VIII).
La Biblia (Lv. 18,219) habla de un ídolo monstruoso, llamado Moloc, adorado en Palestina antes que llegaran ahí los hebreos, y a quien ellos rendían culto quemando niños delante de él. El Moloc de nuestros días es el dinero y tiene una divinidad gemela, el sexo, representado por la diosa Astarte. El primero le trae adoradores al otro ¿Porqué la Providencia y el amor, dones de Dios, se transforman tan fácilmente en ídolos del dinero y del sexo? El motivo principal está en el pecado del hombre el cual, alejándose de Dios, se apropia de sus dones, como un administrador que huye con la caja. En el momento mismo en que nos apropiamos de los dones recibidos, no los usamos ya por un buen fin y no los compartimos, estos se transforman automáticamente en ídolos y pierden su originaria lucidez: “Los fariseos que eran apegados al dinero, escuchaban todas estas cosas y se burlaban de Él”.