I semana de Cuaresma – Domingo
Las tentaciones en el desierto
Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: «Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan». Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: «El hombre no vive solamente de pan»». Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: «Te daré todo este poder y esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá». Pero Jesús le respondió: «Está escrito: «Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto»». Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: «El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden». Y también: «Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra»». Pero Jesús le respondió: «Está escrito: «No tentarás al Señor, tu Dios»». Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno. Lc 4,1-13
Las tentaciones que Jesús sufrió en el desierto dependen del hecho que Él es Hijo de Dios, por eso se refieren a todo cristiano, ya que Jesús en cuando Hijo de Dios no podía ser tentado, se refieren a toda la Iglesia. Antes de ver cuáles fueron las tentaciones, debemos decir que el Espíritu Santo condujo a Jesús al desierto donde fue tentado por cuaretnta días. Eol desierto a través del cual el pueblo de Dios camino por cuarenta años antes de llegar a la Tierra prometida, es el lugar de las tentaciones, dela providencia y de la fidelidad a Dios. LOs cuarebta años, según la simbología del pueblo hebreo es el tiempo de la completeza, significa que las tentaciones durán para siempre, ya sea en la vida de Jesús que en el tiempo de la Iglesia.
En aqueños cuarenta días Jesús recuerda toda la historia de la humanidad: es tentado como la habís sido Adan al principio de los tiempos y como lo fue Israel durante cuarenta años por el desierto, cpn la diferencia que Jesús venció las tentaciones del demonio.
La primera tentación se refiere el pan cotidiano, del que todos tehnemos necesidad, y por eso un cedimiento de Jesús, hubiera podido ser justificado. “Si eres el hIjo de Dios, di que esta piedra se conviertan en pan. Jesús no acepta usar su poder divino para sus necesidades personales: a estas necesidades es el Padre quien piensa dárselo, ya que Él es la fuente de la providencia.
Lasegunda tentación es la del poder, la gloria y por consiguiente, de la riqueza. “Te daré todo poder y la gloria del mundo, si te postras delante de mí y me adoras”. Jesús no acepta adorar y vivir por los ídolos. Así le responde al diablo: “Está escrito que sólo a Dios adorarás”.
La tercera se refiere al hecho deponer a prueba a Dios: «Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, pues está escrito: Los ángeles te custordiarán en sus manos para que tu pie no tropiece en una pedra”. Jesús responde: «Está escrito también: No pondrás pruebas al Señor tu Dios». Dios, en cuanto Dios, no tiene necesitad de probar su existencia al hombre.
Es bueno reflexionar en estas tentaciones de Jesús, porque se presentan a todos. Dice San Pablo escribiendpo a los Corintios: “Por eso, el que se cree muy seguro, ¡cuídese de no caer!” (1Co 10,12). Despues añade: “Hasta ahora, ustedes no tuvieron tentaciones que superen sus fuerzas humanas. Dios es fiel, y él no permitirá que sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la tentación, les dará el medio de librarse de ella, y los ayudará a soportarla” (1Co 10,13). Es necesario, sin embartgo, vigilar porque Satanás sigue tentándonos, regresará siempre. 2después de haber sido tentatado el diablo se alejó de Jesús hasta el momento fijado” es decir, hastael momento de la Cruz. Él conoce bien la mentalidad del hombre que se puede sintetizar en el dicho: «Primmo vivere, deide philosophare» primero es vivir, después rtodo el resto. Pero esto no es el pensamiento de de los hijos de Dios.