Domingo de Resurrección
Pascua: día de la alegría
El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. Jn 20,1-8
La resurrección de Jesús es la piedra angular sobre la que descansa la iglesia. Es la certidumbre que Él está vivo. Es el evento que da valor y luz a toda la vida y obra de Jesús: los milagros, las parábolas, el Sermón de la Montaña. Es el Padre quien acredita a Jesús de Nazaret y lo indica como el inicio de una nueva creación. Con la resurrección también nuestra muerte ha sido vencida. Es el comienzo de una vida y una nueva esperanza para todos. Es el comienzo de una nueva esperanza para todos. Es el inicio de una nueva justicia social: ya no es importante ser rico o pobre, sano o enfermo, joven o viejo, guapo o feo. Con la resurrección todos somos ricos, sanos, jóvenes y hermosos. Desde hace dos mil años, la proclamación de la resurrección de Jesús de Nazaret corre por el mundo, como un viento de esperanza en toda la historia la humanidad. No somos cristianos, porque creemos en un hecho histórico. Somos cristianos porque creemos en la resurrección de Jesús. Creer en la resurrección es como renacer interiormente a esta vida nueva que palpita en nosotros y se convierte en testimonio verdadero y actual de que Jesús ha resucitado. Creer en la resurrección es un evento de alegría cristiana y ser testigos de la resurrección significa ser testigos de alegría.
A la luz de estos hechos – es cierto, somos los testigos de la resurrección de Cristo, pero sobre todo de nuestra propia resurrección. Y la gente creerá en su resurrección, porque se darás cuenta de la nuestra. Creer en la resurrección da sentido a nuestra reunión de cada mañana para orar y meditar sobre el Evangelio. Creer en la resurrección significa envejecer en la serenidad y la alegría, porque el concepto de tiempo ha sido substituido por el concepto de la eternidad. Creer en la resurrección, esto significa que nuestros seres queridos que han creído antes que nosotros, y nos esperamos en la «comunión de los santos.» No nos importa nada si el tiempo pasa: nosotros estamos destinados a la eternidad.