ESFS058

XXIX semana del Tiempo Ordinario – Domingo

El tributo del César 

Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones. Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie. Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?». Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa? Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentaron un denario. Y él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?». Le respondieron: «Del César». Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios».  Mt 22,15-21

Hoy el evangelio nos pide reflexionar sobre la desidia interior que nuestras conciencias de creyentes viven d frente a las leyes humanas, consideradas casi siempre injustas. No existe ningún sistema legislativo que pueda ser enteramente participado por cada ciudadano, y cuando nos tropezamos con una ley que no aprobamos, viene la tentación de transgredirla, siguiendo nuestra conciencia, es grande.

En los últimos años en nuestro país este modo de obrar se ha difundido increíblemente en las personas de “buena voluntad”. La situación actual histórica y social se ha hecho muy confusa se ha hecho muy compleja debido a la constante inmigraciones clandestinas, frente a las cuales se han hecho las leyes vigentes. Si es lícito, o a veces obligatorio, transgredir las leyes injustas emanadas por los dictadores, en un estado democrático las leyes tiene que ser mejoradas, corregidas o abrogadas con un referendo, pero no ser transgredidas sistemáticamente. Uno se ilude de hacer una cosa buena favoreciendo la ilegalidad en nombre de la caridad o de la tolerancia, pero los resultados no han sido aceptables. Si yo me tomo el derecho de transgredir las leyes por lo que yo considero bueno, otros se tomaran el derecho de hacer lo mismo por lo que a ellos parece bueno; y así será la anarquía más total.

Todo o que se hace en la ilegalidad se convierte en algo incontrolables y peligroso. Por ejemplo la mafia había nacido para defender a los débiles. No creo que los hebreos de los tiempos de Jesús considerasen justo pagar los tributos a un estado invasor y dominador, sin embargo Jesús los exhorta a hacerlo, no tanto para separar los deberes civiles de loa deberes cristianos, sino aceptándolos para dedicarse en modo más sereno “a lo que es de Dios”.

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