ESFL233

XVII semana del Tiempo Ordinario – Jueves      

El éxodo, tarea de todo hombre 

Moisés realizó exactamente todo lo que el Señor le había ordenado …. se procedió a la erección de la Morada ….Después extendió la carpa por encima de la Morada, y sobre ella colocó la cobertura de la carpa, como el Señor se lo había ordenado. En seguida tomó las tablas del Testimonio y los puso en el arca …. Entonces condujo el arca hasta el interior de la Morada, colgó el velo que la protegía y así cubrió el Arca del Testimonio, conforme a la orden que el Señor le había dado. Entonces la nube cubrió la Carpa del Encuentro y la gloria del Señor llenó la Morada ….En todas las etapas del camino, cuando la nube se alzaba, alejándose de la Morada, los  israelitas levantaban el campamento.  Pero si la nube no se alzaba, ellos no se movían, hasta que la nube volvía a hacerlo… Ex 40,16-21.34-38

El libro del Éxodo es fundamental en el Antiguo Testamento: las historias que se narran en él, sobrepasan las páginas y dan sentido a los demás libros. Este libro constituye también la referencia profética de todo el Nuevo Testamento y de los mismos evangelios. El libro contiene cuatro episodios principales: el éxodo del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, la larga marcha por el desierto, la subida al monte Sinaí para recibir la Ley de Dios y encontrar su nueva identidad, y la llegada a la Tierra Prometida. La historicidad del Éxodo, además de ser el fundamento de la unidad de Israel, puede ser considerada el código de referencia de toda civilización, y el sentido de toda aventura humana que haya permitido al hombre salir de su condición inaceptable hacia una tierra, soñada como Tierra Prometida. La epopeya de los primeros descubridores que fueron a las Américas, las revoluciones pacíficas de Ghandi en India y de Martín Luther King en Estados Unidos, la teología de la liberación en Sud América y el éxodo actual de África a otros continentes hacia la civilización occidental, son todos eventos humanos animados por aquel espíritu. La misma vida del hombre de fe es un éxodo de una condición injusta y limitada hacia la tierra prometida en la eternidad, donde todo es perfecto y en donde la justicia se cumplirá. El Éxodo constituye también el modelo de toda conversión cristiana, que puede ser considerada un pasaje de la indiferencia del agnosticismo para llegar a la verdad y esperanza del Evangelio. Este camino de redención y de maduración humana y cristiana, profetizado por la historia de Israel, ha sido guiado por el Espíritu Santo, del mismo modo como el texto de hoy nos habla de aquella nube que se levanta, sube y se detiene. «Cuando se levantaba y se abandonaba la morada, los Israelitas levantaban sus tiendas».

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