ESFS025

VI Semana de Pascua – Domingo.

Pentecostés, bautismo y confirmación 

Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes. …. Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y yo en ustedes. El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él». Jn 14,15-21

Comienza hoy la semana de preparación para la Ascensión, que es el día en que Jesús, habiendo cumplido su misión terrena, regresa al Padre. La semana próxima viviremos la semana que nos prepara para Pentecostés, el día que el Espíritu Santi desciende sobre sus discípulos e sobre María en el cenáculo. Para Jesús es tiempo de “retirarse”, así en el evangelio de hoy comienza a preparar a los apóstoles al futuro que les espera. En Pentecostés el Espíritu Santo les enviará sus dones necesarios para la misión: la sabiduría, la inteligencia y la consolación. La sabiduría consistirá sobre todo en el conocimiento de Jesucristo, Hijo de Dios, y en recordarse lo que Jesús les ha enseñado, además de la capacidad de saber leer los signos de los tiempos y la apertura de mente y de corazón a las futuras iluminacioes del Espíritu Santo. La inteligencia es el don que les será necesario para el anuncio del evangelio con fuerza y autoridad para dar testimonio de Él. La consolación es el don que será necesario en los momentos oscuros de la fe, de la misión, de las persecuciones y de las pruebas. Estos dones son los mismos que Eduardo, hijo de Francisca y de David, ha recibido en el bautismo en la noche de Pascua, y que Pablo, hijo de Ana Rita y de Eugenio, recibirá el domingo próximo. Estos les son dados no para la fe, ya que son apenas bebés todavía no pueden tener, sino para la de los papás y padrinos que son los responsables de su educación cristiana. Gabriel, hijo nde Juan Mario y Francisca, a fines del mes próximo, recibirá la confirmación, en la que los dones del bautismo serán confirmados, y en virtud del camino que han seguido, serán recibidos con toda eficacia y fuerza. Yo tendré el privilegio de colaborar en este evento, junto con los papás y con la Iglesia, porque además de ser abuelo, soy padrino (y ¡soy orgulloso de serlo!). En estos días me encontraré con Gabriel para unos momentos de oración y de meditación juntos. Serán momentos de gracia.

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