ESFL165

VII semana del Tiempo Ordinario – Martes

La idea fija de la carrera 

Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará». Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.  Llegaron a Cafarnaúm y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: «¿De qué hablaban en el camino?». Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: «El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos». Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: «El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado».   Mc 9,30-37

Es la segunda vez, en el Evangelio de Marcos,que Jesús habla de su muerte y resurrección, pero los discípulos no entienden lo que dice, porque están muy lejos de imaginar un tal epílogo a la gran aventura que están viviendo. A ellos les gustaría pedirle alguna aclaración, pero no lo hacen porque la última vez, cuando Jesús había hablado de esto, » Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. Pero Jesús….  lo reprendió, diciendo: «¡Retírate, aléjate de mí, Satanás!» (Mc 8,32-33).

Esa respuesta no iba dirigida a Pedro, sino al diablo que había entrado en él y que apoyándose en su amor por Jesús, le había sugerido de impedirle el ir a la cruz.Sea como fuera la cuestión, en ese momento los apóstoles habían entendido que era mejor no llevarle la contraria al respecto. Así, mientras se están dirigiendo a Cafarnaúm, por el camino prefieren hablar de otra cosa, y empiezan a discutir sobre quién de ellos era el más grande, prácticamente el lugarteniente de Jesús. Había surgido el deseo de sobresalir y hacer carrera. Ésta es una idea fija del hombre, aunque a menudo se encuentra disfrazada por los ideales o por la posibilidad de realizar un servicio más cualificado, o para obtener un mayor bienestar para la familia. Con todo, aunque bien camuflado, el ídolo de la carrera es aún más sutil y solapado que el del sexo y el del dinero, los cuales, por lo menos, aparecen claramente por lo que son. En la escena de hoy, al llegar a casa, Jesús entra con calma en el tema y desvía el discurso de la «carrera» hacia el del “servicio».”Si alguno quiere ser el primero, sea el último y el servidor de todos» Después de Pentecostés, éste será el futuro que ellos mismos elegirán, pero en ese momento habrán ya tenido la experiencia de la pasión, de la muerte en la cruz y de la resurrección de Jesús. De hecho, son las experiencias dolorosas y nuestras resurrecciones a purificarnos de nuestras ambiciones personales y a hacernos capaces de encontrar gozo y alegría en el servicio de los demás.

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