ESFL138

III semana de Tiempo Ordinario – Martes

La verdadera familia de Jesús

Entonces llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose afuera, lo mandaron llamar. La multitud estaba sentada alrededor de Jesús, y le dijeron: «Tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera». El les respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de él, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre». Mc 3,31-35

 “¡Qué hermosa familia que te fromaste!”, fue la frase que me salió expontánea aquel día que fuí a visitar a Gianluca a Castelvolturno. Estaba en medio de un grupo de ghaneses y nigerianos, con los que programaba los empeños del día. Yo, su padre,había ido a visitarlo para ver lo que estaba haciendo allí y para acertarme de que hubiera encontrado su camino, tomaba parte a la reunión con el mismo derecho de intervención del que pudiera tener…una silla. Ninguno que me pidiera una opinión, era como si yo no estuviera allí. Y pensar que hace unos años, cuando Gianluca vivía todavía con nosotros, nunca se habría permitido de tener un tal comportamiento. ¡Pero, era justo que fuera así! Esa era su nueva familia y aquellos africanos eran sus hermanos,por lo que, después del primer impacto, comencé con calma,y en silencio,a escuchar y a darme cuenta de la realidad y de la vida que estaba viviendo Gianluca. Es el sentido de la respuesta que, hoy, Jesús da a los que le dicen: «Tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera» También ellos estaba afuera, como lo estaba yo en aquella reunión en Castelvolturno. Estar afuera quiere decir no sólo no estar en casa: significa tener otros proyectos y otros programas y vivir en otra realidad. En un determinado momento, mientras escuchaba a Gianluca que hablaba a sus africanos, empecé a dar gracias a Dios por mi inutilidad. En ese momento me acordé de la respuesta de Jesús en el pasaje evangélico de hoy: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”. También nosotros, padres, trabajamos en el proyecto que el Señor nos ha dado para cumplir, pero en esta etapa de nuestra vida este proyecto resulta diferente del proyecto de Gianluca, como en el paso de hoy lo es el proyecto de María respecto al de Jesús Danos, Señor, ahora que somos ancianos, la gracia de vivir nuestro proyecto actual, mientras nuestros hijos viven el suyo. No nos dejes sin hacer nada como aquel día en el que llamando a Santiago y Juan, dejaste su padre, Zebedeo, a la orilla del mar, completamente solo.

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