ESFL323

XXX semana del Tiempo Ordinario – Lunes

La fiesta del séptimo día

Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús, al verla, la llamó y le dijo: «Mujer, estás curada de tu enfermedad», y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: «Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado». El Señor le respondió: «¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber? Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?».  Al oír estas palabras, todos sus adversario se llenaron de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.Lc 13,10-17

De nuevo la liturgia nos exhorta a reflexionar sobre el sábado que fue hecho para el hombre y no el hombre para el sábado. Quiere decir que necesitamos reflexionar sobre este punto. Pero nosotros que somos cristianos, guardamos el domingo, día de la resurrección del Señor, en el que, ya desde pequeños nos han enseñado, que debemos descansar. Es el día de descanso de la semana, que tiene sus orígenes más antiguas, pues se remonta al libro del Génesis, donde se habla del descaso del Señor el séptimo día, cuando Dios terminó la creación del mundo. El domingo como día de fiesta, constituye el tiempo sagrado de Dios, en el cual el tiempo profano de la semana se detiene y se une al día de descanso. El domingo da sentido a todos los demás días y es como una recarga para los días futuros, que seguirán hasta que lleguemos a laeternidad. Dice el libro del Levítico: «Durante seis días se trabajará, pero el séptimo será un día de reposo, de asamblea litúrgica, en el que ustedes no harán ningún trabajo. Será un sábado consagrado al Señor, cualquiera sea el lugar donde habiten «(Lev 23,3). Según la tradición cristiana descansar y festejar el domingo quiere decir participar en la Eucaristía y “no hacer ningún trabajo” para obtener algún lucro. La Iglesia incluye en el sentido de fiesta aquellas actividades que se relacionan con el descanso y los festejos del pueblo de Dios: preparación de la comida, espectáculos y entretenimiento. Aquí habría que hablar de los espectáculos que son agradables a Dios, pero no es necesario hablar de ellos, pues ya sabemos cuáles son. 

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