XXVIII semana del Tiempo Ordinario – Domingo
Acordémonos de Jesucristo
Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos y es descendiente de David. Esta es la Buena Noticia que yo predico, por la cual sufro y estoy encadenado como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso soporto estas pruebas por amor a los elegidos, a fin de que ellos también alcancen la salvación que está en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna. Esta doctrina es digna de fe: Si hemos muerto con él, viviremos con él. Si somos constantes, reinaremos con él. Si renegamos de él, él también renegará de nosotros. Si somos infieles, él es fiel, porque no puede renegar de sí mismo. 2Tm 2,8-13
Recuerdo todavía cuando hace veinte años, hemos meditado sobre este texto de la carta de San Pablo a Timoteo, al rededor de esta mesa, durante una de nuestras oraciones de la mañana. Nos hemos dicho: “El verdadero modelo para ser testigos del evangelio es Jesucristo”. Si tu triunfo ha pasado a través de sufrimientos y humillaciones, así deberá ser parea nosotros: “Si sufrimos con Él, con Él viviremos”. La resurrección, el Reino y también la gloria eterna serán nuestras, si también sufrimos una parte de lo que ha sufrido el Maestro”. ¿Es el único camino? – uno de ustedes respondió, Juan Felipe, no sé si recuerde bien: “es el camino seguro… Pero ¿no podemos pasar por alguna vereda un poco menos riesgosa? … “Ciertamente, podemos, pero como dice San Pablo- hay que renegar de Cristo, y si renegamos de Él, Él también nos renegará, porque no puede aceptar nuestro modo de vivir la fe”… Entonces ¿quiere decir que no fuimos salvados?… No, porque como dice San Pablo – “Él permanece siempre fiel y no puede renegarse a Sí mismo”. “Él permanece siempre fiel como Señor de la misericordia”. Este es el camino que me gusta: salvarse haciendo cosas justas… Prácticamente es como hacemos en la escuela: no importa sacarse un 10 para pasar año, basta sacarse un 6”… Es cierto, y te garantizo que, cuando era joven, era bueno para obtener buenos resultados con el mínimo esfuerza. Pero de cualquier modo hablaremos de esto dentro de veinte años”… “Está bien, así lo haremos, pero ¿por qué no podemos hablar de eso ahora?”… “Mira, Juan Felipe, tú ahora eres jóven”, y sonriendo añadió: “De cualquier modo es un defecto que pasa con el tiempo”. Después añadió: “A tu edad hay en el mundo muchas cosas que conocer. Es bueno que pienses en tu futuro, en tu proyecto de vida y en prepararte para realizarlo. Cuando llegarás a cincuenta años, te darás cuenta más fácilmente que solo Jesucristo ha entendido todo del mundo y de la vida, de la historia y del plan de salvación del Padre. Él es la verdad. Cuando esto te será más claro, podrás reexaminar los proyectos de vida, y seguir al Señor con más fidelidad. Después de haberlo seguido nos damos cuenta que también nosotros debemos vivir algunas de sus experiencias, inclusive los sufrimientos y las humillaciones. Entonces seremos testigos creíbles del evangelio, conformándonos siempre más a Él y no renegándolo más con nuestro modo de vivir”. Cualquiera que sea nuestro camino cristiano, su misericordia no nos faltará: “Si somos infieles, Él permanece siempre fiel, porque no puede renegarse a sí mismo”.