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9 de Agosto – Santa Teresa Benedicta de la Cruz

A dónde vamos

Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez muchachas (vírgenes) que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. Las necias tomaron sus lámparas… y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: «¡Ya viene el esposo, salgan a su encuentro!». Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: «¿Podrían darnos un poco de aceite… Pero estas les respondieron: «No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado». Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: «Señor, señor, ábrenos», pero él respondió: «Les aseguro que no las conozco». Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.Mt 25,1-13

Edith Stein (1891-1942), la onceava hija de una familia hebrea, nació en Breslavia (Polonia). Desde pequeña ella se declaraba atea, y a los quince años decidió de no hacer oración, aunque si su corazón estaba atento en la búsqueda de la verdad. Siguió sus estudios universitarios, y tuvo ocasión de leer “El castillo interior” de Santa Teresa de Ávila y al final ella exclamó: “Esta es la verdad”.

Se convirtió al cristianismo, fue bautizada en 1922 y en 1938 hizo su profesión religiosa con la Hermanas Carmelitas con el nombre de Teresa Benedicta. Como mujer hebrea fue perseguida por el régimen nazista y fue sujeta a las leyes raciales de Norimberga. Mientras se encontraba en el convento de las carmelitas de Echt (Holanda), Teresa Benedicta fue arrestada junto con su hermana Rosa. Al dejar el convento tomó por la mano a su hermana y le dijo: “Vamos, estamos unidas a nuestro pueblo”. Murió en Auschwits el 9 de agosto de 1942. Fue beatificada y declarada patrona de Europa en 1999. Con la parábola de las diez vírgenes que van al encuentro del esposo, hoy el Señor nos hace ver la cuestión del discípulos en este mundo, ayudándonos a responder a la eterna pregunta: ¿a dónde vamos? La vida, a la luz de esta parábola, es una espera activa, como lo fue para Teresa Benedicta, quien mientras era perseguida en Holanda, escribió el libro El conocimiento de la cruz. Su cruz fue la persecución alemana y la puerta que se le abrió fue la de Auschwitz, donde entró con la lámpara de la fe en Cristo Jesús encendida. Santa Tersa Benedicta es una santa a quien debemos rezar para que nos ayude a hacer la voluntad del Señor en la persecución. Ella escribía: “Los sufrimientos soportados con el Señor son sus mismos sufrimientos y traen grandes frutos a la obra de la redención”.

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