II semana de Cuaresma. Miércoles.
La dinámica de la salvación
Cuando Jesús se dispuso a subir a Jerusalén, llevó consigo sólo a los Doce, y en el camino les dijo: «Ahora subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para que sea maltratado, azotado y crucificado, pero al tercer día r esucitará». Mt 20,17-19
Si una empresa va mal, el emprendedor le echa la culpa al empleado, quien regresa a casa y trata mal a l esposa y éste con el gato, el cual, no teniendo ninguna culpa, paga por todos. Si, en un grande edificio, el inquilino del último piso barre el balcón y tira la basura en el penúltimo piso, y éste la tira al piso de abajo, al final toda la basura llegará al jardín del inquilino del primer piso, quien tiene que recoger la basura generada por todos, a fin de que cada quien pueda vivir en un lugar decente. Hay en la vida una regla, que es como un misterio, por o que el que paga la cuenta es siempre el último, aunque no sea él el responsable. Esa es la estrategia de Dios, que ha escogido liberar al mundo del pecado. Ha enviado a su Hijo, Jesús de Nazaret, el justo, quien por amor a la humanidad, ha escogido bajar hasta el último lugar de la escala social morir por la injusticia de todos, para que cada uno pudiera ser justo, o como dice el evangelio, “justificado”. El Padre, sin embargo, lo resucitó, porque el amor vence aún a la muerte y para que nosotros no fuéramos aplastados por el sentido de culpa por haber eliminado de la tierra de los vivos al único justo. Esta es la dinámica de la liberación y de la redención la cual, iniciado por Jesucristo, continúa en la historia de la salvación. También hoy en día hay personas inocentes quienes, quieran o no quieran, pagan por la injusticia y por el pecado de los demás, a fin de que al final cada uno pueda ser liberado y redimido, y pueda contribuir a la comprensión de la verdad. Este es el caso de Eluana Engaro, a quien, estando en coma, le fue negada la alimentación y fue hecha morir para que todos descubriéramos el sentido de la sacralidad de la vita. Pero Eluana resucitó ciertamente a una vida nueva, porque la historia de la salvación es un misterio bueno y justo.