II semana de Adviento – Sábado.
La actual batalla de los valores
Después surgió como un fuego el profeta Elías, su palabra quemaba como una antorcha. tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego por un carro con caballos de fuego. De ti está escrito que en los castigos futuros aplacarás la ira antes que estalle. Si 48,1.9-10
Entonces los discípulos le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?». El respondió: «Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre». Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.Mt 17,10-13
Para tener una idea de la situación que se había creada en Palestina cuando apareció Juan el Bautista, podríamos pensar a la situación que se había formado en las primeras ciudades americanas fundadas por los pioneros que habían ido en caravanas al Oeste. Habían llegado llevando consigo las leyes del lugar de donde habían venido. Y, con el pasar del tiempo, los que habían llegado primero se habían hecho ricos y poderosos y habían comenzado a manipular la justicia como ellos quisieron, manipulando a los Jefes y a los hombres de la ley que encontraban entre ellos. Algo semejante había sucedido en Palestina a la llegada de Juan el Bautista, antes de la llegada de Jesús de Nazaret y también después. El pueblo de Israel había llegado a la tierra prometida trayendo consigo la Ley de Moisés y la propia tradición, pero, con el pasar del tiempo, los escribas y fariseos, que eran la clase social dominante, la habían manipulado en su favor, convirtiéndola en instrumentos de poder. Cuando apareció Juan el Bautista, quien comenzó a deplora este estado de cosas, no fue recibido como el nuevo Elías, sino como uno que se opone al poder religioso constituido. Esta situación podría parecer de otros tiempos, si no fuera por el hecho que, aún en nuestros días, el cristianismo vive las mismas condiciones que Juan el Bautista contrarias al evangelio. Está en acto una grande tendencia a manipularlo por parte de la cultura dominante, hasta convertirlo en instrumento de poder en favor de su propio estado y de sus propias opiniones. Le damos gracias a Dios por los últimos Pontífices que han demostrado una fortaleza en sus principios cristianos semejante a la de Juan el Bautista. Pero ha continuado a existir una grande batalla contra los valores cristianos, especialmente en lo que se refiere a la familia y al respeto por la vida.